Cuando algún impulso demasiado intenso y desagradable nos invade, se activan los mecanismos de defensa. Imagina que en algún momento sientes un enojo que empieza a parecer odio contra alguien que amas, evidentemente, esta emoción resulta conflictiva, no podemos concebir odiar a quienes amamos.
Entonces, surge un mecanismo de defensa que “bloquea” esta emoción y no nos percatamos del nivel de conflicto, recuperando nuestro equilibrio emocional. Claro, el enojo no desaparece, pero puede quedar invisibilizado, lanzado hacia otra persona o situación.
Al igual que la culpa que sentiríamos por haber tenido tal emoción podemos depositarla en otras personas y pensar que ellas son las que odian a sus padres, etc., por poner ejemplos muy simples.
También podríamos encontrarnos ante una amenaza externa, como un sismo, un asalto o cualquier otra circunstancia adversa, ante la que debemos ponernos o mantenernos a salvo y quizá actuemos como alguien que no siente miedo o hasta hagamos cosas temerarias en el momento.
El terror que sentimos tampoco desaparece mágicamente de nuestro interior, solo que gracias a algún mecanismo de defensa implementado por nuestra psique, podemos superar la situación. Aunque más adelante salgan a la luz los efectos de tal experiencia y los atendamos después.
Lo que nuestro aparato psíquico busca es que no entremos en una crisis que nos saque de control y nos desborde. Cada persona es muy diferente de las demás y por ello es que no podemos generalizar lo que lleva a cada una a usar un mecanismo de defensa u otro. Además de que esta operación sucede sin que tengamos noción de que está pasando, no es algo que podamos manejar, sino que nuestra psique lo hace y hasta después, a través de un proceso psicoanalítico podemos descifrarlo.
Algunos de los mecanismos de defensa más conocidos son la sublimación, represión, proyección, identificación, desplazamiento, introyección, negación, racionalización, intelectualización, fijación, regresión, aunque hay más. Todos echamos mano de algunos de ellos, lo patológico viene de la manera y el exceso que lleguemos a presentar al hacerlo.
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Psic. Cindy Flores
Salud Psi
La cura por el habla